La FIA endurece sanciones en la Fórmula 1

La FIA ha decidido implementar modificaciones significativas en el código deportivo de la Fórmula 1 a partir de la temporada 2025, con el objetivo de regular con mayor severidad el comportamiento de los pilotos dentro y fuera de las pistas. Estas nuevas normativas apuntan a combatir el uso de lenguaje ofensivo, gestos inapropiados y expresiones abusivas, elementos que han generado controversia en los últimos años. Los cambios se producen en un contexto donde las comunicaciones de los pilotos, tanto por radio como en declaraciones públicas, han estado en el centro de la polémica. Ahora, cualquier actitud considerada grosera, humillante o irrespetuosa será penalizada con medidas que van desde multas económicas hasta la suspensión y pérdida de puntos en el campeonato.

Entre los puntos más relevantes de la reforma, las sanciones económicas para los pilotos han sido incrementadas de manera sustancial. Según el nuevo reglamento, la primera infracción será penalizada con 40.000 euros, mientras que una segunda reincidencia duplicará la multa. Si el piloto comete una tercera falta, deberá pagar 120.000 euros, además de enfrentar una suspensión de un mes y la correspondiente quita de puntos en la superlicencia. Estas medidas buscan disuadir cualquier tipo de conducta que no esté a la altura del profesionalismo exigido en la máxima categoría del automovilismo. La FIA ha sido clara: la reincidencia no será tolerada, y los pilotos que acumulen sanciones podrían perderse varios Grandes Premios, afectando significativamente su desempeño en el campeonato.

Las nuevas normativas también abordan el tema de los comentarios políticos, religiosos o personales realizados por los pilotos. De acuerdo con la FIA, cualquier expresión que contradiga el principio de neutralidad será sancionada, salvo que cuente con la autorización previa del organismo. En caso de infracción, se exigirá al piloto una disculpa pública y la retractación de sus declaraciones. Esta postura ha sido adoptada para evitar que el deporte se utilice como plataforma para fines ajenos a la competencia, lo que ha generado debate entre los propios pilotos y la afición. La prohibición de protestas contra decisiones de los comisarios también ha sido incluida en las reglas, cerrando cualquier posibilidad de manifestaciones públicas en desacuerdo con la autoridad deportiva.

POLÉMICA: El miércoles, se publicó el Código Deportivo Internacional FIA 2025 con detalles sobre las “directrices de penalización de los comisarios” bajo el Apéndice B

Violar las regulaciones la primera vez dará una multa de 40.000 € para un piloto de #F1 pic.twitter.com/L5p14b63rV

— ColMotorFans (@ColMotorFans) January 23, 2025

El tetracampeón mundial Max Verstappen ha sido uno de los pilotos que más ha estado bajo el escrutinio de estas medidas, especialmente tras varios episodios polémicos ocurridos durante la última temporada. Uno de los incidentes más recordados tuvo lugar en Azerbaiyán, donde el neerlandés expresó su frustración calificando a su coche como “una mierda” durante la carrera. Aunque estas palabras le valieron una sanción con tareas comunitarias, Verstappen defendió su postura alegando que expresiones como esas forman parte del ambiente competitivo de la Fórmula 1. Sin embargo, no todos los pilotos comparten esta visión, y las opiniones sobre el uso del lenguaje dentro de la categoría están divididas.

Otro incidente notable fue el protagonizado por Verstappen en el Gran Premio de Abu Dhabi, cuando, tras un accidente con Oscar Piastri, calificó a los comisarios como “estúpidos idiotas”. Esto le costó dos puntos en su superlicencia, además de generar un amplio debate sobre el límite de puntos permitido antes de que un piloto sea descalificado. En un tono sarcástico, el neerlandés declaró que aprovecharía esta regla para tomarse una “baja por paternidad” en el futuro. Este tipo de comentarios han puesto en evidencia la necesidad de un reglamento más estricto para mantener el respeto y la profesionalidad en el deporte. La Fórmula 1, como espectáculo global, busca no solo emocionar a los fanáticos, sino también establecer estándares éticos que sirvan de ejemplo para las futuras generaciones de pilotos y aficionados.