Lawson defiende su estilo agresivo

Liam Lawson, el joven piloto neozelandés que irrumpió en la Fórmula 1 como sustituto de Daniel Ricciardo en Racing Bulls, ha sido una de las figuras más comentadas en la última temporada. Su estilo de conducción agresivo y sus enfrentamientos con pilotos experimentados como Fernando Alonso y Sergio Pérez no pasaron desapercibidos, generando tanto elogios como críticas. En particular, sus maniobras defensivas en los Grandes Premios de Estados Unidos y México llamaron la atención, con ambos veteranos expresando su descontento públicamente. Alonso llegó a calificarlo de “idiota” por la radio del equipo, mientras que Pérez sugirió que el neozelandés debía ser “más humilde”. Sin embargo, a pesar de la polémica, los comisarios no tomaron medidas disciplinarias en su contra, lo que reafirma que sus maniobras estaban dentro del reglamento.

Ante las acusaciones de haber sido demasiado agresivo, Lawson negó que su intención fuera marcar una postura o enviar un mensaje al resto de la parrilla. “No estoy tratando de dar ejemplo ni de demostrar nada en particular”, afirmó en una entrevista al final de la temporada. Según su versión, su forma de correr fue la misma con todos sus rivales y no hizo distinciones entre pilotos experimentados y jóvenes. Sin embargo, las críticas de Alonso y Pérez abrieron el debate sobre el estilo de conducción de los nuevos talentos que llegan a la categoría. Para algunos, Lawson simplemente hizo lo necesario para defender su posición en una oportunidad crucial para su futuro en la F1. Para otros, su dureza al volante podría haber sido una estrategia para ganar notoriedad en una parrilla donde los asientos son limitados y la competencia es feroz.

Su rendimiento en la parte final de la temporada dejó una impresión mixta. En su regreso a la F1 en Austin, Lawson logró un noveno puesto tras un intenso duelo con Alonso, lo que le permitió sumar puntos y ganar confianza. “Fue un alivio terminar en los puntos. Todos tenemos autoestima y creemos en nuestras capacidades, pero después de tanto tiempo sin pilotar, no sabes exactamente dónde vas a estar hasta que te subes al coche”, explicó. Este buen resultado parecía indicar que el neozelandés estaba listo para consolidarse en la categoría, pero su desempeño en las siguientes carreras fue menos consistente. Él mismo reconoció que tuvo “un par de carreras fuertes y un par de carreras no tan buenas”, dejando claro que aún tiene margen para mejorar y aprender de sus errores.

El contexto en el que Lawson fue evaluado por Red Bull también es clave para entender su enfoque en la pista. Su regreso como sustituto de Ricciardo no solo era una oportunidad para demostrar su talento, sino también un examen directo para evaluar su potencial como piloto titular en la escudería principal. Aunque finalmente consiguió un lugar junto a Max Verstappen para la temporada 2025, en su momento era consciente de que su ventana de oportunidad era limitada y debía aprovechar cada carrera para impresionar. En un equipo donde las decisiones se toman con base en el rendimiento inmediato, Lawson sabía que cualquier muestra de debilidad podría costarle su futuro en la Fórmula 1.

De cara a la próxima temporada, la incógnita es cómo evolucionará su estilo de conducción y si logrará encontrar un equilibrio entre la agresividad y la consistencia. Su actitud desafiante le ha permitido llamar la atención, pero ahora tendrá que demostrar que puede mantener un nivel alto a lo largo de toda una campaña. Con Max Verstappen como compañero de equipo, el reto será aún mayor, pues la vara de comparación será una de las más exigentes del campeonato. La oportunidad de Lawson en Red Bull es una de las más codiciadas en el automovilismo, pero también una de las más demandantes. Si logra capitalizar la experiencia adquirida y refinar su enfoque en la pista, podría convertirse en un contendiente serio en los próximos años.