Lewis Hamilton

‘Still I Rise’: estas son las palabras estampadas en la parte posterior del casco de Lewis Hamilton y tatuadas en sus hombros, y desde que aniquiló las expectativas con una de las mejores actuaciones de novato en la historia de la F1 en 2007, eso es literalmente todo lo que ha hecho: ascender a en la cima de la lista de posiciones de privilegio de todos los tiempos por delante de su héroe Ayrton Senna, subió al primer lugar en la columna de victorias superando al inimitable Michael Schumacher, y luego igualó los siete títulos mundiales del legendario alemán.

¿Es él el G.O.A.T? Pocos negarían que está en la conversación, y lo que es más, se salió con la suya, combinando su implacable velocidad con su negativa a ajustarse a los estereotipos sobre cómo debe pensar, vestirse o comportarse un piloto de carreras.

El respeto se gana con esfuerzo en la F1, pero Hamilton, ahora Sir Lewis Hamilton para ser precisos, lo tiene de cada uno de sus compañeros. ¿Por qué? Porque saben que sea cual sea la pista, las condiciones, la situación, cuando su visera baja y las luces se apagan, es Hammertime.